Por la Dra. María del Pilar Rodríguez Pinzón – Cirujana Maxilofacial
Hace un par de semanas participé en un curso en Bogotá, Colombia que, aunque esperaba que fuera enriquecedor, terminó influenciando profundamente mi forma de ver —y tratar— los trastornos de la respiración durante el sueño. El curso ofrece una certificación en el manejo del ronquido y la respiración con dispositivos Up-lock, organizada por el equipo de Forwardontics, y dirigida por referentes internacionales como el Dr. Wilfried Engelke (Göttingen University, Alemania) y la Dra. Sandra Kahn (Stanford University, USA).
Más allá del contenido académico, esta experiencia fue especial por muchas razones. Tuve la oportunidad de reconectar con colegas con quienes compartí mis años de pregrado en odontología en la Pontificia Universidad Javeriana, algo que me llenó de alegría y nostalgia. Además, aproveché la ocasión para estar en familia, acompañar a mis seres queridos, y compartir momentos tranquilos que a veces la rutina profesional no permite fácilmente.
Desde lo clínico, el curso enfatizó algo esencial: la respiración no es un acto aislado, sino un reflejo de cómo funciona todo nuestro cuerpo. Aprendimos, por ejemplo, cómo la posición de la lengua y la postura influyen directamente en el desarrollo craneofacial, el paso del aire por la nariz y, por supuesto, en la calidad del sueño. A través de herramientas como el fibroscopio —guiado por el Dr. Jesús Rangel, otorrinolaringólogo, cálido y muy claro en sus explicaciones— pudimos observar en vivo cómo pequeñas obstrucciones nasales pueden tener grandes efectos en la ventilación nocturna.
Estas experiencias refuerzan la importancia de mirar cada caso desde una perspectiva integral y personalizada. No se trata solo de identificar un síntoma, sino de entender la red de factores que lo manifiestan. En muchos de mis pacientes, por ejemplo, he visto cómo trabajar la mecánica ventilatoria, la postura corporal, o incluso intervenir el sistema nervioso autónomo puede tener efectos positivos no solo en la respiración, sino también en el manejo del dolor, la ansiedad o el rendimiento cognitivo.
También confirmé algo que aplico en mi práctica diaria: la tecnología puede ser una gran aliada cuando se usa con criterio clínico. Existen dispositivos, dilatadores nasales, terapias miofuncionales, aplicaciones de láser terapéutico… pero siempre es el diagnóstico cuidadoso el que guía qué herramienta o tratamiento utilizar, cómo y por cuánto tiempo. En este punto, agradezco especialmente a la doctora Sandra Coca, quien organizó el evento y fue una entrenadora clave en el manejo de dispositivos terapéuticos para tratar los trastornos respiratorios del sueño.
Como cirujana maxilofacial en Cali, mi trabajo me permite acompañar a personas que buscan entender por qué no descansan bien, por qué respiran por la boca sin darse cuenta, o por qué su hijo ronca cada noche. Cada consulta es una oportunidad para enseñar que mejorar la respiración no es un lujo, sino un paso real hacia una vida más saludable y plena.
Respirar bien, especialmente durante el sueño, es fundamental para la salud física, emocional y cognitiva. No solo mejora la calidad del descanso, sino también el desarrollo, el equilibrio del sistema nervioso y la prevención de múltiples enfermedades.
Si tú, o alguien cercano, ha notado síntomas como ronquidos, pausas respiratorias durante el sueño, fatiga constante o respiración oral al dormir, te invito a agendar una consulta conmigo. Juntos podemos evaluar tu caso de forma integral y encontrar un camino terapéutico adaptado a tus necesidades. Respirar bien cambia todo, y estoy aquí para ayudarte a lograrlo.
